martes, 13 de mayo de 2008

Nos despidió la lluvia en la estación

Nos despidió la lluvia en la estación.
Tu, bajo el techo desecho de nubes estampadas de las paredes gastadas de tanta humedad saludabas con lágrimas al viejo tren que te mostraba un nuevo horizonte y destino. Con un pañuelito blanco de película de los años sesenta agitabas la mano con ademanes cansados, y me decías adiós llorando, juraría que eran lágrimas fingidas, o simplemente no quise verlas como verdaderas, dolería, dolería demasiado.
No volverías pero yo juraba que sí, claro que, no lo hiciste, nunca lo harás.

3 comentarios:

Ana Vázquez dijo...

Las despedidas siempre son muy tristes y emotivas, pero no deseperes, algunas veces existen los reencuentros.

Un beso Marta, espero que todo marche bien!

PoliCBaquera dijo...

Buenas Marta,

Como te va la vida. Cada vez que navego entre blogs me encuentro con algún mepero. Que pequeño es el mundo.

Las despedidas son tristes, pero siempre hay que pensar que el reencuentro estará cerca y entonces la tristeza desaparece y se convierte en esperanza.

Un saludo.

El aviador.

Boneca de trapo dijo...

...Como todos...un día las despedidas se hacen imposibles de evitar... un día... todos volaremos lejos... donde no podamos vernos... ni abrazarnos... ni amarnos con pasión como siempre...
pero sabes... que yo, pese a todo, nunca me despediré... nunca dejaré de amarte... de amaros... con pasión desbordante... nunca marcharé lejos ciertamente...
Yo... permaneceré ahí... errante pero ahí... lejana pero cercana... siempre cercana... siempre ahí... para ti... para tod@s...
Este otoño... a la caída de las hojas... huiré lejos... o quizás no tanto... pero no, no diré adiós... nunca os diré adiós... y permaneceré cercana para ayudaros... para sonreiros... para amaros... para permanecer ahí siempre... atenta y eterna... como muñeca que nunca muere...*




biQuiños de chocolate...





Quérote...*



Atte.
A boneQuiña praieira